18.9.07

Por qué lloran los cocodrilos

Voy a estrenar este blog contando un poco como fue y como es mi experiencia con Celtibeers.

Cuando llegue a España lo primero que hice fue hacerme con una batería vieja y destartalada. Siempre me ha gustado la música, siempre se me dio bien la percusión y siempre he estado medio metido en ese mundillo.

Aquí me uní a mis compañeros de clase en mi primer grupo Anubis.

Con Anubis tocamos durante mas de un año, y siempre que se podía nos volvíamos a unir para tocar juntos, pero el régimen de ensayos era bastante anárquico y nunca hicimos nada de provecho.

A partir de eso, me vi tocando en una infinidad de grupitos de punk rock, cada cual menos serio que el anterior, y poco a poco me fui desenganchando de la música.

Otro de mis hobbies es el cómic, y eso me llevó a dar clases de cómics en el Casal Jove de Castellón, donde conocí a Toni, quien me presentó a Sergio y juntos hicimos alguna cosilla, pero sobre todo versiones de Mago de Oz. Hasta que me aburrí de ello y volví a mi retiro

Al año de ello, Toni me llamó, diciendo que estaba tocando con una gente de muchísimo nivel y que necesitaban un batería. Decidí hacer una prueba, pero sin muchas esperanzas visto el panorama de mis anteriores grupos.

En un altillo de Borriol conocí a Ferran, a Miquel y a Pau, y a la batería más desastrosa que había visto en la vida. Hice lo que pude para hacer que sonara menos a lata, y empezamos las pruebas.

De entrada me sorprendió que Ferran me dijera que la canción estaba en un ritmo de 3 y que luego se pasaba a un ritmo de 4 tiempos... por fin alguien que conocía la terminología de percusión, y no como los de mis antiguos grupos que me pedían un ritmo que fuera “tum taca tum taca tum chim pum”...

Empezamos con un tema que luego se olvidó en los anales del grupo, y no me disgustó como sonaba... y luego probamos a tocar Santa Compaña... la canción me gustó, pero cuando entraba la mandolina y luego sonaba la guitarra de Mikel, y Toni lo doblaba en octavas, me sorprendió lo bonito del efecto. Pero lo que más me sorprendió fue que al día siguiente me pillé tarareando la canción en mi casa, cosa que jamás había pasado con mis antiguos grupos.

Así que volví al ensayo siguiente, y les dije que me iba ese rollo, que podían contar conmigo.

Las cosas siguieron su curso, se compuso Batallas Perdidas, otra de las canciones que más me gustan, y entonces Ferran nos dijo lo de la actuación en el Conservatorio de Castellón (yo me apunte enseguida). Siempre he trabajado bien bajo presión.

Ese concierto nos abrió muchas puertas, y el grupo acabó consolidándose y grabando el primer disco.

Altos y bajos, la marcha de Sergio, la entrada de Ángel y de Hugo, todos esos momentos han sido difíciles para el grupo, pero seguimos ahí.

Ensayamos dos veces a la semana, a veces tocamos termas antiguos, a veces repasamos los temas más difíciles, otras veces hablamos de temas varios relacionados con el grupo, y algunas veces, como están siendo estos últimos ensayos, los dedicamos a componer temas nuevos.

El proceso de composición difiere mucho de una canción a otra, pero normalmente partimos de una idea, un estribillo, una melodía o un riff de guitarra, y entre todos vamos desarrollando el tema. Algunos, como el último compuesto la semana pasada, apareció en dos ensayos, un tema guapísimo de ejecución sencilla y súper contundente. Claro está que hay temas que nos cuestan mogollón de terminarlos y pulirlos. También depende de cómo está cada uno. Hay momentos en que estamos súper espesos y no me sale nada, y ese ensayo avanzamos muy poco. Estos días llego a casa cansado y cabreado conmigo y con el mundo.

Pero de normal, cada ensayo, ya sea de repaso ya sea de composición, me doy cuenta de que la música de Celtibeers me gusta cada día más, y que disfruto con los temas nuevos y deseo impacientemente ver la reacción del público cuando los escuche.

Por que nos lo pasamos muy bien trabajando y componiendo, pero no hay nada comparable con tocar en directo, con ver la reacción de la gente, y sentir la energía que se desprende entre nosotros y vosotros.

Tocar en Celtibeers no es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero si está entre las diez cosas mejores.

Rubert.